sábado, 1 de setembro de 2018


Rugiendo el corazón 
rabioso entre las piernas
como un caballo loco
por arrancar al galope.

Un tigre furioso por las venas
no corta el asfalto sino vuela
una avispa de metal.

Como gritar contra el viento
con los pulmones llenos
hasta ya no poder más.

Soltar, meter marcha y apretar.

Veo el horizonte más cerca que nunca y
continuare persiguiéndolo un buen rato.

Con el viento en popa a toda vela,
por una mágica décima de segundo
dejare mi rezagada sombra atrás.

En la encrucijada
donde el cielo y tierra se confunden.
Donde tus ojos pierden de vista el mar.
Justo allí, en el precipicio,
sin gasolineras,
ni vías de servicio donde repostar.

Que por mucho que te joda reina,
nos volveremos a encontrar.

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